Conferencia de

Ivan Martén
Senior Patner and Managing Director of The Boston Consulting Group

sobre el tema
"Energía e innovación: Tendencias y Tecnologías"


El siglo XIX fue el siglo de la revolución industrial, el siglo XX el de la revolución tecnológica y el siglo XXI será el de la revolución de los recursos naturales y en especial de la energía.

La tecnología juega un papel cada vez más importante en el mundo energético, y está cambiando la configuración del sector. Esta tendencia cuenta con el apoyo de gran parte de los Gobiernos. Así por ejemplo el Advanced American Plan que lanzó la Administración Obama en 2013 pretende potenciar el desarrollo de tecnologías energéticas más limpias y económicas, y el Plan Tecnológico del Sector Energético puesto en marcha por la Unión Europea en 2007 establece objetivos sobre emisiones, renovables y consumo energético. Este respaldo de los países ha quedado reforzado tras la Conferencia Sobre el Cambio Climático o Conferencia de las Partes (COP 21) celebrada en París en 2015, donde los países participantes se comprometieron a realizar importantes inversiones para limitar el calentamiento global por debajo de 2ºC grados centígrados en 2100 o, incluso, 1,5ºC.

Tres palancas determinan el cambio tecnológico que estamos viviendo. La reducción de emisiones de CO2, que es una importante demanda de la sociedad; la reducción de costes, para que las tecnologías sean competitivas sin necesidad de subvenciones; y la independencia energética, clave para garantizar el suministro.

El cambio tecnológico ha sido sustancial en el tema de las renovables y de la eficiencia energética dentro del sector eléctrico, y en el área de la exploración y producción de petróleo y gas no convencional. Esta evolución tecnológica ha tenido un gran impacto en la eficiencia y costes del sector. Así por ejemplo las turbinas eólicas han reducido sus costes en un 70% entre 1984 y 2015,y los módulos fotovoltaicos tienen un coste un 95% inferior en 2015 que en 1985, debido a los progresos tecnológicos y al avance en la curva de experiencia.

También han provocado la aparición de nuevos competidores y una redefinición de los modelos de negocio. El sector eléctrico ha pasado de estar compuesto por empresas eléctricas convencionales verticalmente integradas a una estructura del sector donde conviven todo tipo de empresas desde las eléctricas tradicionales, a empresas de servicios energéticos, pasando por fabricantes de equipamientos energéticos, proveedores de tecnología, o empresas de internet y todos con diferentes modelos de negocio. El sector del gas y del petróleo no convencional es un excelente ejemplo de cómo la innovación tecnológica (fractura hidráulica + perforación horizontal + monitorización micro sísmica en tiempo real) y el espíritu emprendedor son capaces de transformar un sector maduro como era el sector del petróleo. El desarrollo tecnológico está siendo impulsado no solo por las grandes empresas sino por una gran cantidad de medianas y pequeñas empresas innovadoras que aportan tecnologías disruptivas.

En conclusión, estamos viviendo cambios tecnológicos relevantes para el sector de la energía, cuyo desarrollo viene impulsado por los objetivos de reducir las emisiones de CO2, asegurar la independencia energética y reducir los costes. Las tecnologías que más impacto tienen hoy en el ámbito energético son las renovables, la eficiencia energética y los combustibles fósiles no convencionales. Todas ellas conllevan reducción de costes y la aparición de nuevos modelos de negocio y competidores. Sin embargo, no todas las tecnologías tienen éxito. Se trata de un camino difícil de predecir y donde la realidad muchas veces supera ampliamente las expectativas.

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